La cocina de Le p’ty mon sabe a Bretaña, a una Bretaña realmente auténtica donde no sólo se saborea lo más innato de esta gran región, que son las galettes (crêpes) de harina de sarraceno y la aromática y equilibrada sidra, sino también y gracias a nuestra selectiva importación, los productos más locales de consumo cotidiano: Patés, cervezas, bebidas alcohólicas, conservería marina, condimentos, etc.
En nuestro laboratorio culinario se crean cada día auténticos sabores bretones que, a cada bocado, transportan a la Bretaña al afortunado que decide sentarse a nuestra mesa. A las cocineras sólo les falta la singular cofia ‘Biguodin’ para pasar por auténticas cocineras bretonas, sus años de experiencia y su curiosidad creativa sorprenden con singularidad.
Ponemos especial ímpetu en buscar siempre productos frescos de proximidad y procuramos escoger aquellos que garanticen medios de producción sostenibles y ecológicos.
En nuestras mesas hay sillas para todos: vegetarianos, con intolerancias alimentarias, clásicos, innovadores, veganos (en este caso se ruega previa reserva), etc. En la medida de lo posible tratamos de adecuarnos a las preferencias personales, nuestro principal objetivo es hacer sentir como en casa… o mejor dicho, haceos sentir como en vuestro «le p’ty mon».
Blinis y Galletas
La harina de sarraceno, típicamente bretona, llegó a Francia en el siglo XV. La duquesa Ana de Bretaña, tras degustar y apreciar este cereal, originario de oriente y descubierto por los europeos un siglo más tarde, lo hizo conocer al pueblo Bretón. Fue la base de la alimentación del oeste francés hasta el siglo XIX.
Es una harina no panificable, pues no contiene gluten. Esta sustancia, lejos de desvalorizarla, la hace ideal para las personas alérgicas a esta proteína.
Es rica en minerales, magnesio, fósforo, flúor, hierro y zinc y en vitamina B, que ayuda a luchar contra el estrés y la hace indispensable para una alimentación equilibrada.
