La calidad de los ingredientes de la Bretaña francesa hace de su gastronomía, una cocina simple y de sabores naturales.

Las Crêpes (crepes) son una especialidad regional y hay de dos tipos: la crêpe dulce hecha con azúcar, miel, jamón, mermelada o combinaciones; y la sabrosa variedad del sarrasin, hecha de harina de alforfón y servida con huevos, queso, panceta o una combinación de varios de éstos.

Crepe dulce de nutella.

Y para acompañar las crepes nada mejor que la sidra y el vino. El popular vino, Muscadet, viene de la punta extrema sur de Bretaña, cerca de Nantes.

Otra protagonista de la cocina bretona es la galette, que se prepara en base a harina de trigo sarraceno (trigo negro).

En cuanto a la crêpe, la masa se prepara con harina de trigo y es dulce. La de mantequilla y azúcar es la más clásica de las crêpes.

La mantequilla salada es uno de los elementos esenciales de la cocina bretona. Las prósperas y verdes praderas bretonas tienen la particularidad de dar una leche perfumada y una mantequilla cremosa, salada con sal marina.

Su presencia es permanente y obligatoria en la mesa. Es la compañera inseparable del pan.

Ya se trate de galette o las crêpes, el sabor auténtico e inimitable de la mantequilla fresca salada es uno de los elementos más importantes de esta larga tradición culinaria.

¡Buen provecho!

El programa El Mirador de Barcelona de la emisora de radio La Xarxa (antigua COM Ràdio) ha destacado en su espacio del jueves 23 de mayo la calidad y la variedad de los siete restaurantes del Passatge Lluís Pellicer, que este sábado 25 celebran la segunda edición del “Tast Gastronòmic” de la Fiesta Mayor.

Dentro del espacio “Itinerari gastronòmic” de la periodista Carme Gasull, la cadena ha desplazado a una unidad móvil hasta el pasaje y ha entrevistado a la propietaria de la crepería bretona Le p’ty mon, Montse Bosch. Desde el estudio han hecho un repaso de las virtudes gastronómicas de los establecimientos que participan en la degustación del sábado, acto central de la Fiesta Mayor que comienza hoy, y han recordado el deseo de comerciantes y vecinos de que el pasaje se convierta en peatonal.

Aquí podéis escuchar y descargar el audio del programa: Itinerari gastronòmic pel Passatge Lluís Pellicer de Barcelona.

La sidra es seguramente la bebida más popular de la Bretaña. La región francesa, no obstante, también es productora de varios tipos de cervezas que destacan por su calidad, a pesar de no ser demasiado conocidas en nuestro país.

En Le p’ty mon tenéis la oportunidad de acompañar nuestras galettes, además de con una de las mejores sidras bretonas –de la que os hablamos en una entrada reciente-, con una de las cervezas más populares y reconocidas de la región: la cerveza Britt, de la Brasserie de Bretagne.

La empresa funciona desde 1997 y ha sacado hasta la fecha doce cervezas al mercado (Dremmwel, Gwiniz Du, Celtika, Sant Erwann), además de destacar por su refresco de cola. Su último lanzamiento fue una cerveza especial llamada Ty Gwenn (Casa Blanca) que elaboró con la base de su exitosa cerveza Britt Blanche y el Chouchenn o alcohol de miel de la también empresa bretona Destillerie des Menhirs.

En la crepería bretona Le p’ty mon, elige la Britt que más te guste

En Le p’ty mon puedes degustar la triple variedad de Britt: Rousse, Blonde y Blanche. Cada una con sus propias características, con más o menos espuma… Si eres de los que no acostumbras a probar cosas nuevas sin antes documentarte ampliamente, puedes consultar algunas críticas que se han publicado sobre estas variedades en internet, en concreto en el blog Hiposurinatum:

Comentario sobre la cerveza Britt Blanche
Comentario sobre la cerveza Britt Rousse

Gwiniz Du, cerveza hecha con harina de sarraceno

La cuarta cerveza de Brasserie de Bretagne que podéis degustar en la crepería bretona Le p’ty Mon es la Gwiniz Du, una cerveza elaborada como la base de las auténticas crepes saladas o galettes bretonas, con harina de sarraceno. La Gwiniz Du ha sido también premiada en Francia por su calidad: en el 2006 consiguió la medalla de oro del Concurso General Agrícola que se celebra en el país vecino. Si queréis saber algo más sobre esta variedad de la cervecera bretona podéis consultar el siguiente enlace:

Comentario sobre la cerveza Gwiniz Du

 

Brasserie de Bretagne, una marca premiada

Después de probar las cervezas Britt en Le p’ty mon y en el caso de que organicéis unos días de vacaciones en la Bretaña próximamente, os apetecerá seguramente visitar la factoría para ver cómo se elabora el “oro líquido” bretón. La fábrica de cervezas Britt de Brasserie de Bretagne se encuentra en Trégunc, muy cerca de Concarneau (Finisterre). En verano hay visitas guiadas los meses de julio y agosto (lógicamente se hacen en francés, aunque puede pedirse que se hagan también en inglés). Fuera de temporada también se puede visitar la fábrica cervecera, previa reserva. No os perdáis tampoco su bar –donde os tirarán la cerveza de barril- y su tienda, donde podréis adquirir merchandising de la marca.

Brasserie de Bretagne dispone igualmente de una factoría en Minihy-Tréguier, en el departamento de Côtes d’Armor, donde se elabora la cerveza Dremmwel.

A pesar de su corto recorrido (en marcha desde 1997), las cervezas de Brasserie de Bretagne han acumulado varios premios nacionales e internacionales. La Britt Blanche, en concreto, ha merecido más de un galardón.

Como curiosidad final, la etiqueta de las cervezas Britt incorpora un pájaro habitual de la costa bretona en su diseño, el frailecillo. Una buena manera de distinguirse de la competencia, ya que es una imagen muy característica. Si vais a Bretaña quizás tengáis la oportunidad de ver alguno en alguna de vuestras excursiones.

Las crepes saladas (galettes) y dulces y otras especialidades como los patés o las mantequillas saladas de la Bretaña son el atractivo gastronómico principal de la crepería bretona Le p’ty mon de Barcelona. Pero una degustación de los productos típicos de la región francesa no resulta completa si no la acompañamos de sidra, que se importa directamente desde el país vecino.

En Le p’ty mon hay tres variedades de sidra bretona, con diversa graduación alcohólica: la dulce (2%), la brut (5%) y la ecológica (3%), ésta elaborada sin tratamiento químico alguno. Son ideales para acompañar las crepes y, cómo no, en Le p’ty mon se sirven como manda la tradición bretona, en taza.

La sidra que Le p’ty mon importa directamente desde la Bretaña corresponde a Val de Rance, una cooperativa de Pleudihen sur Rance, núcleo urbano muy próximo a Dinan. Para orientarnos sobre el plano, hallamos Dinan  al norte de Rennes, muy cerca de la población costera de Saint-Malo.

La cooperativa Val de Rance funciona desde 1953 y está formada por más de 300 pequeños productores bretones, principalmente de los departamentos de Côtes d’Armor e Ille et Vilaine. Estos productores cultivan unas 400 hectáreas de terreno, lo que equivale a una producción de manzanas que oscila entre las 10.000 y las 15.000 toneladas al año. En toda la Bretaña se cultivan aproximadamente 2.300 hectáreas de manzanas de sidra y 9.000 en toda Francia. Otras zonas de producción de sidra bretona son Bassin de Rennes et de Vitré, Sud Morhiban y Sud Finistère.

En www.valderance.com pueden verse todas las variedades de sidra que elabora la cooperativa, como las ediciones artesanales Mam Goudig, las variedades Rosé y Blanc y hasta una limonada.

El prestigioso suplemento de ocio de La Vanguardia, Quèfem?, dedica este viernes 14 de diciembre uno de sus artículos de la sección gastronomía a la crepería bretona Le p’ty mon.

Os reproducimos el texto que firma la periodista Anna Tomàs y os enlazamos el pdf por si queréis verlo en el formato del Quèfem? o lo queréis descargar.

Aprovechamos la ocasión para agradecer a los responsables del suplemento la deferencia que han tenido con la crepería.

 

LE P’TY MON
SUCULENTA TRADICIÓ

A la Bretanya francesa, les creperies o ty-krampouezh són una especialitat regional. A la cuina bretona les creps es fan sempre de blat i es farceixen amb dolços, mentre que les galettes s’elaboren amb blat negre o fajol, que va arribar a la Bretanya després de les croades i que s’acompanyen de sabors salats. La primera recepta de creps es registra a França cap al 1390 i a Bretanya hi van arribar al segle XVI aproximadament.

No obstant això, les creperies especialitzades només existeixen des de fa un segle. Després d’onze anys de trajectòria, la Creperia Ty-Bihan, tota una referència a Barcelona, reneix amb un nou nom i una nova decoració summament càlida. Una segona llar, íntima i acollidora, sedueix el client amb una atmosfera màgica plena de petits detalls, delicades tasses de ceràmica, llums i espelmes.

CUINA ASSEQUIBLE, SANA I DELICIOSA

La cuina d’aquest entranyable restaurant es compon de receptes senzilles i saboroses amb un toc d’originalitat. S’utilitzen els millors productes amb molta cura i, tal com marca la tradició bretona, els diferents plats s’acompanyen sempre d’un got de sidra o una copa de vi. Per als més sibarites, tenen altres begudes, com l’hidromel, l’anomenat pels celtes nèctar dels déus. Al migdia ofereixen menús a 11,50 que canvien cada dia i que comprenen una crema, una amanida o mantega salada de primer, una crep salada o un duo de blinis de segon, i postres.

Els blinis o galettes duen una miscel·lània d’ingredients, com el formatge, els espinacs, el salmó i les diferents verdures de temporada. A més del menú, Le P’ty Mon compta amb una atractiva carta. Com a novetat de la temporada, els dissabtes al migdia ofereixen un menú infantil (fins a 10 anys) per 11 euros amb galette completa  (amb pernil, ou i formatge), unes postres a triar entre crep dolça o gelat, i un refresc acompanyat d’un espectacle de màgia intimista per entretenir els reis de la casa.

Anna Tomàs (suplemento Quèfem? de La Vanguardia, viernes 14 de diciembre de 2012)